jueves, junio 15, 2006

15-VII-06 21:30hs

Como un nene. Como un nene con juguete nuevo...o ahora que lo pienso sería: como nene con promesa de juguete nuevo, pero con promesa que no se cumple y se derrumba en un "perdón". ¿Cómo explicar todo lo que ya jugó en su cabeza? Las quinientas historias que armo tras su ojos (si le daban tiempo seguro eran mas de mil). ¿Quién devuelve las sonrisas gastadas a cuenta? Solo se equilibran quizá, con algún disgusto de antemano, miedo a una posible pérdida, miedo a una confusión de juguete. En piel de filósofo, tan profunda sería su cara de tristeza, tan relajadas sus mejillas; como detallista hubiera sido su imaginación. La alegría de llevarlo contra su pecho enfrentada al vacío en la palma de su mano. El grito de guerra de una posible batalla en enarmonía con el silencio de la falta. ¿Cómo se compara la presencia a un cajón de distancia con las mil cuadras (deben ser miles en su cabeza) que lo separan de la jugetería? Quisiera él que alguién lo notara, que alguién lo supiera; ya no por su muñeco inexistente, por la caricia que calmaría todo eso que ya (hoy) no siente.