miércoles, diciembre 21, 2005

Un caramelo de sal en mi boca con yagas

Quería sentarme a escribir sobre el miedo, tema ya harto tratado en muchas artes, por lo que sepulte toda espectativa de originalidad y menos aún, de genialidad. Quería escribir sobre el miedo y me di cuenta que no conozco cuentos de terror, historias fantasmagóricas o testimonios cuasi-reales que ericen los tres pelos que le quedan en el pecho. No me importó. No se describir escenas fuertes, crear densidades en palabras de esas que se solucionan, a esta altura de la tecnología, con un par de horas de efectos especiales.
Ayer cuando revisaba mentalmente lo que había visto me encontre disfrutando de situaciones cotidianas; de incomodidades y silencios inevitables. Disfruté momentos mudos y quizá alguna mirada verborragica. Pero aún así yo quería escribir sobre el miedo, pero: cual de todos? Indefectiblemente tiene que haber mas de uno; sino cómo es que se han llenado llenado tantas bateas con películas bajo ese rótulo. Sin duda en la historia en mi cabeza no había monstruos ni grotezcas deformaciones; habia personas comunes y corrientes (como la película que vi ayer) con problemas comunes y corrientes. ¿Donde entra el miedo en todo esto? "Cualquier historia es buena si sabe ser contada." No es el caso, he abandonado esa empresa hace ya muchas líneas atras. Acá quería escribir sobre el miedo, el de salar de más la salsa, el de quedarme sin carbón para el asado, el de cortar una cuerda en plena canción, el de jugar mal la final y perder el campeonato; el de perder...el miedo a perder. Cuántas cosas puede uno perder, cuántas veces puede uno perder; cuánto se puede uno perder; cuándo se pierde uno...
Perder el miedo, eso era sobre lo que quería escribir. Perder el miedo a escuchar, perder el miedo a hablar.
Y de golpe los miedos que sobrepasan los cinco sentidos. El juego de palabras se volvió en mi contra y ahora me voy perdiendo en el miedo, voy dejando las letras atras y ya no no tengo nada mas que perder; quizá eso es lo que da miedo.
¿Cuál de todos los miedos?
El de quedarme sin palabras y perderme en esta realidad muda.