viernes, junio 03, 2005

Una hormiga, un arbol y un rulo

Es Martin quiza la persona que menos conozco pero que mas me deja pensando. Es de esos seres que no se niegan a seguir soñando. El no sueña con la vacuna contra el colera, ni que Los Andes salga campeon; le gusta soñar que por un tiempo es otro ser. Por momentos sueña que es hormiga, se sumerje en la rutina y camina por caminos pre-construidos, carga cosas sobre su espalda y no se detiene ante las montañas de arena que lo tapan en la playa. Le gusta soñar que es una pequeñana araña, que él cree que es como la hormiga pero mas egoista, algo asi como una artesana pero que se queda con sus macrames.
Pero lo que realmente le gusta soñar, es que es un arbol. No quiere ser un gran nogal o un sauce pinorezco; disfruta imaginandose un arbol simple, de esos tan comunes que ni el nombre conocemos. Esos arboles de vereda que albergan quiza alguna paloma, que dan una tímida sobra, de esas que dejan tibio el volante de un auto. De cuando en cuando alguien pasa y le roba una hoja en pleno invierno o le cortan un pedaso de rama para jugar camino a casa. Le gusta pensar que puede romprese su corteza y mostrar un guiño de aquello verde entre el marron oscuro.
Le gusta soñar que es otro, se deja los rulos para imaginar ser como su perro o se para largas horas en una pata para sentirse avestruz. Quiero soñar hoy que soy Martin y que esta noche una pulga sueña que es una mujer y que duerme en mi cama.