jueves, agosto 02, 2007

Un calderon sobre mi frente

Voy saltando a multitempo, jugando con corcheas de aire y redondas de colores. Un día desayuno en un falso swing y oto tomo mate en un seis contra tres que mejora. Despierto, las bocinas me devuelven media estrofa; distraido, el murmullo de un desconocido es un arreglo de mi paisaje sonoro.
Cambia, como el clima, y esta bien; pero que pasa cuano cada pedazo de mi música se queda mirandola? Cuando cada melodía que vibra en mis pelos le sonrie? Cuando cada acorde que imagino la quiere abrazar? Quizá fuera todo tan fácil como hacerla canción y que canción se quede; fuera de mi, pero tan mia. O a la espera de ser tocada; una melodía perdida que vuelve en el colectivo; que fuera solo un esbozo de rítmo cuando giro la llave de mi puerta (que hoy no es mia) o cuando dejo las monedas sobre la mesa. Al final se siente como una cuerda rota que me obliga a cambiar de guitarra, una caña quebrada que ya no me besa con su sonido.
Quisiera que por fin fuese canción y que mi instinto cerebral la pudiese hacer papel y asi regalarla, o mejor, devolverla a su origen. Pero, como todos mis sonidos en estos dias, se pierde en una duda, en un cambio de compás, en el batir de una mano fantasma que marca el pulso. Pulso que se acelera o descansa cuando ella se acerca, cuando canta mi nombre, o se funde en el sonido a la distancia.

15-VI-07

Me tomo la libertad de hacerme una nota mental escrita, en breve la borro.