martes, julio 05, 2005

Borrador de un pensamiento

Propongo la exitencia de un organismo, algo asi como una entidad diabólica. Sus asañas abarcan un limbo que dicta entre aquella picazón inrascable en la planta del pie al subir al ascensor y/o esa ráfaga helada que nos hiela los huesos subiendo la escalera de la salida de cada subte. Las lenguas (sin juicios de valores) proclaman que es el encargado de detener el tren a distancia suficiente como para que la mujer de pelambre ondulada y de esférica y prominente figura se interponga en nuestra carrera hacia la puerta y desvanezca, a esta altura, cualquier fantasía de viajar sentado.
Por último puedo asegurar que encarna la piel de aquel viajante que aparentemente (para la mirada inoscente) en actitud ingenua, se para en la puerta del colectivo con su mano cerca del tan buscado timbre, y pone rostro sorprendido ante nuestra interrogativa de si realmente no se bajaba en aquella parada que quedó dos cambios y tres cuadras más atras...